martes, 19 de marzo de 2013

Declaración de guerra. Una dura prueba...



En Declaración de guerra asistimos a una simbiosis perfecta entre amor y trabajo, gracias a la labor realizada por Valérie Donzelli y Jérémie Elkaïm, directora y guionista respectivamente,así como protagonistas de la historia.




Romeo y Julieta viven una intensa historia de amor. Cuando dan el importante paso de tener un hijo (el pequeño Adán) su relación no pierde un ápice de intensidad, simplemente se complementa con la llegada del tercer miembro. Desgraciadamente, la salud del bebé queda en jaque por culpa de un tumor cerebral y a partir de ese instante el mundo de Romeo y Julieta se transforma en una espiral de entereza, fuerza, y dolor...

Rodada en la geografía de la Francia bohemia, las locaciones y marcos de circunstancias nos adentran en el mundo de los "modernos parisinos" y su particular modo de ver la vida. Tanto el guion como la planificación están construidos con sencillez pero eficiencia, acompañados por una banda sonora realmente inusual para esta clase de drama (electrónica, indie, etc). El recurso de la voz en off (arriesgado en algunas ocasiones) cumple a la perfección su labor de narrador omnisciente. La trama consigue engancharnos, arrancándonos sonrisas y lágrimas por igual, dejando patente que la fuerza de la historia no consiste en lo qué se cuenta, sino en cómo se cuenta.

Los fuertes lazos familiares son un clavo ardiendo al que agarrarse.
A pesar de portar el cartel de "independiente", Declaración de guerra es una película que obtuvo gran reconocimiento en los circuitos comerciales, ya sea por su calidad o por todo el revuelo que montaron sus protagonistas al mostrar su historia al resto del mundo. Muy interesante.

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