sábado, 9 de marzo de 2013

Gohatto, o las tribulaciones de un Samurái que entiende.


Escrita y dirigida por el polémico Nagisa Oshima, que como siempre profundiza en asuntos tales como los choques generacionales, injusticias sociales, sexualidad, y crisis de identidad. El marco de circunstancias es la ubicación de un muy agraciado joven -con obvias inclinaciones homosexuales- en las entrañas de una escuela de Samuráis. 

Con tal detonante el más pintado se podría esperar una historia de sufrimiento e intolerancia, pero para sorpresa del espectador,  Sozaburo Kano (de tan solo 18 años) será el objeto de deseo de sus compañeros y de varios altos cargos de la escuela, a pesar de tratarse de un entorno cerrado en el que cualquier incidente puede ser interpretado como una ofensa al honor. 

Aunque su hermosa estética nos haga pensar que podría tratarse de un sesudo Film de acción, los puntos de giro y la planificación acaban derivando en una historia de conflictos internos autoinflingidos, porque tal y como sucedía en los clásicos shakespeareanos la fórmula del amor imposible es algo que siempre funciona en la gran pantalla.

La tensión sexual hace constante acto de presencia.

Otros aspectos a destacar son su excelente fotografía (Toyomichi Kurita), y una soberbia banda sonora cortesía del oscarizado Ryuichi Sakamoto (por su trabajo en El último Emperador), también conocido por su participación en Tacones lejanosFeliz navidad Mr Lawrence, y un extenso etc cargado de éxitos.

Título revelación del año 2000, Gohatto es una película (con tintes de cuento) que destaca por su preciosismo, por las grandes dosis de naturalidad y tolerancia que incluye su guion, y por un derroche interpretativo que jamás pasará desapercibido a los amantes del séptimo arte. 

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