martes, 7 de mayo de 2013

El Malvado Zaroff. El hombre es un lobo para el hombre...

Este trabajo es una de esas maravillosas excepciones en la que una colaboración da lugar a un resultado fantástico y aleccionador. Codirigida por Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack en 1932, El Malvado Zaroff sentó un precedente en lo que a impacto visual y puesta en escena se refiere.


El Conde Zaroff es un hombre extraño y disciplinado, que tras ser desterrado de su tierra natal echa sus raíces en una pequeña isla, donde ha reconstruido una fortaleza llena de secretos. Todo aquel desafortunado náufrago que da a parar con sus huesos a dicha fortaleza, acaba transformándose en la presa de Zaroff, quien elabora retorcidas cacerías humanas haciendo uso de armas creativas y contundentes. En esta ocasión la presa será un hueso duro de roer, por lo que se entablará un duelo inolvidable...

El Conde Zaroff es un asesino persistente , jamás se da por vencido...
Película sensacional, maravillosamente enhebrada y con unos planos realmente exquisitos. Cada detalle de la puesta en escena (atrezzo, semovientes, decorados, etc) es cuidado al extremo, contribuyendo a la  ambientación definitiva y disfrute del espectador hambriento de aventuras. Imprescindible.

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